sábado, 27 de diciembre de 2014

Lejos.

*




Apoyé el culo en el secarropas
porque es viejo
y le cuesta arrancar,
encontrar el eje de rotación.
El agua caía en un taper
de los que trajiste en una bolsa
para mi cumpleaños,
al mismo tiempo
limpié la transpiración
que se mezclaba con las lágrimas:
no hay diferencia
entre su salinidad.
Lavé tu ropa
para que lleves todo limpio
en la mochila a estrenar.
Anoche te dije dos o tres veces
que no saltes en la cama
porque es vieja y hace mucho ruido
igual voy a extrañar
esos ruidos,
la manito,
tu cara aplastada con los dientes que usas para dormir,
el piso del baño mojado,
ir al super en plan ochenta,
un vinito,
'vos sos mi mujer'.

Me llamaste unas horas
después de despedirnos
para preguntarme si sabía
como poner el gato en un 147
mientras te reías de la situación, calculo.
Yo googleé
“cambiar la rueda en un 147”.
Al final pudieron resolverlo,
pero todavía no se si llegaron a Buenos Aires.
Son las 23.30, miro la ventana
y pienso que estoy como la araña
atrapada en el agujerito de la celosía
con un dolor en el pecho
que viene y se va,
pero persiste, por eso
voy a decirte
que nunca más te vayas.

Quisiera ponerme tu remera para dormir,
voy a escuchar Morrisey hasta que vuelvas.