sábado, 16 de agosto de 2014

Kuwait

*


Mi campera absorbe
el olor a parripollo mientras atravieso
la vía en bicicleta.
En el secundario quise leer
algo de francés y decir
je suis Rosina,
decirle a la profesora
que se llamaba María Inés
que me quería ir a Francia,
que después el plan se complicó
y me compré una cadenita
con la torre Eiffel
y unos aros también,
que todo eso quedó en la casa de un chico,
y que ahora lo único que me queda
es ir a la feria de las colectividades mañana
a comer comida de otros países
y sentir nostalgia de algo que nunca tuve,
nunca pude,
igual que me importa,
si cuando salgo los chicos piden
en la vereda y yo
me olvido enseguida de todas mis pavadas
para sentirme una hija de puta.


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