sábado, 3 de junio de 2017

Bailo uno más, compro una más, sigo uno más.

*




Embocar la colilla
en la botella de vino
que está en el asador
es una de las pocas cosas
que puedo controlar últimamente,
comprarme una remera
con corazones sagrados
fue la buena decisión del día.

Un perro de la calle
me acompaña hasta la fiesta
en la noche
que se apaga y se prende,
en la noche
que se apaga
y se prende,
y cuando se apaga,
bailo uno más, y vamos
compro una más, y vamos
sigo uno más, y vamos.

Cuando se apaga definitivamente,
me encuentro
conmigo
en mi máxima expresión.



No hay comentarios: